En la ciudad, afirman que la “ley Abrevaya” de propiedad horizontal las encarece.
Por su regularidad –llegan cada mes- y por su universalidad – las paga más de la mitad de los argentinos, que viven bajo el régimen de propiedad horizontal -, las expensas son un termómetro cotidiano de la inflación, a esto hay que sumarle un factor aun mas distorsivo que es la Ley 3254 de reciente implementación.
La “Ley Abrevaya”, ha disparado los costos de los consorcios, interfiriendo en las relaciones entre propietarios y administradores. Ha creado dificultades económicas – obliga a contraer nuevos e inverosímiles seguros, costosas contrataciones con empresas “registradas” -, cataratas de nueva obligaciones burocráticas –
La figura del consorcista coadministrador, que debe firmar cada documento y que a su vez asume responsabilidades personales. El vacío legal que se produce al vencimiento del mandato del administrador y que puede dejar inerme al consorcio ante cualquier requisitoria legal.
Una ley nacida del oportunismo político pero sin el debido análisis y consulta a los actores del sector. Ahora todos los consorcistas de la ciudad de Buenos Aires están sufriendo las consecuencias.
La Cámara que representamos se ha puesto a disposición de los legisladores para colaborar en la confección de un proyecto de ley Nacional que permita reencauzar las normativas que rigen a la vida consorcial y corregir los gravosos efectos distorsivos de la Ley 3254.
Consejo Directivo
